Un cuaderno con premio

Miguel Ángel González de Artaza recibió ayer el premio literario Bodegas Olarra-Café Bretón, dotado con 6.000 euros

El simplismo es la fuerza de la razón. Sin embargo, nunca fue fácil recorrer el camino. Si la realidad supera a la ficción; si todo o casi todo está ya inventado; si las historias del día a día no son sino un pretexto para escribir columnas sobre lo cotidiano y realizar una reflexión sobre la vida... el paritorio de las columnas cuesta armarlo y desnudarlo para que todo fluya y parezca normal y natural. Con el caso de Miguel Ángel González de Artaza (Muskiz, 1963) sucede algo parecido. El escritor vasco recibió ayer el décimosexto premio literario Bodegas Olarra-Café Bretón. Unas Conversaciones de bolsillo. Un compendio de columnas escritas en El Correo y seleccionadas desde el 2002 hasta hoy. 6.000 euros para disfrutar de la vida y del trabajo literario y del vino.
En el café más literario de nuestro pequeño mundo, González de Artaza había conseguido la unanimidad del jurado en menos tiempo que todos. Lo reconocían los organizadores como 'Colo' Cortés y Maite Soria (Bodegas Olarra) y hasta algún miembro del jurado como José Ignacio Foronda.
Una selección de columnas trabajadas con un mínimo de cuatro horas. Pensadas sobre lo cotidiano y más fresco. Con la reflexión del trabajo para pulir, si es que se puede hacer todo aquello para que parezca pura naturalidad y/o sencillez.
El escritor tiene raíces maternas en Ezcaray y Rodezno. Profesor de Historia Contemporánea de la UNED de Bizkaia y director de revistas culturales, autor de dos novelas, cuentos y otras historias, González de Artaza decía ayer en Logroño que «hago opinión con tema, con pretexto y con libertad».
El oficio es el oficio aunque cueste construir la historia sobre hechos cotidianos que no se pierden en cuestiones inmediatas del periodismo voraz. Un cuarto de siglo de trabajo permite soltar algunas aseveraciones hasta del fútbol. «Sí. Mi equipo es el Athletic pero no es el mejor equipo», decía ayer.
Pura anécdota de lo cotidiano sobre lo que reflexiona y construye un argumento con otras mimbres literarias y de compromiso. «Lamikiz, aseguraba ayer como ejemplo, fue un presidente pésimo de mi equipo. Fue un abogado listo. Una persona que logró un sueño, que terminó convertido en una pesadilla. Yo escribí de aquello».
En Logroño se le veía a gusto entre organizadores, vino, autoridades (Luis Alegre, Tomás Santos...) y otros personajes de la cultura de nuestro pequeño mundo.
Una selección de unas 60 columnas convertida en un libro había ganado el premio entre unos 40 competidores. ¿Géneros? «No hay géneros, aseguró. La realidad es que es un cuaderno de notas... Si hay un pensamiento lo que yo pretendo es que esté empapado y al alcance de todos, sin necesidad de que esté subrayado....».
El libro ganador es una historia de columnas y apuntes literarios. Desde la lectura, como reconocía el autor, «uno se enfrenta a la vida». Foronda, miembro del jurado, lo definía como «una miscelánea no heterogénea».
Vino y literatura una vez más, y van muchas, ayer en el Café Bretón de Logroño. Bodegas Olarra brindaba con vino por el ganador y por los participantes. El autor reconocía que no era «muy ducho» en algunos menesteres similares. Pero los premios, dijo, siempre son bienvenidos. Y con Rioja, mejores


Fuente: larioja.com